Pues eso! Domingo 11 de agosto de 2013. Tras dos semanas de descanso después del Challenge Vitoria-Gasteiz he decidido escribir sobre ello. Ni antes ni después de la prueba tenia intención alguna de escribir, simplemente por que últimamente, y en lo que a triatlón se refiere, me he centrado en entrenar para el Challenge VG, mi vuelta a la distancia IM tras 5 años de parón.

2013 ha sido un año duro. Duro en exceso. Por arrastre de temas, por curro, por incertidumbre, por las cosas de la vida, que a veces se ponen jodidas. Ha tocado apoyarse en El Apoyo y hemos salido, como no podía ser de otra manera. Pero ha sido un año difícil para entrenar, y cuando hablo de difícil me refiero a difícil de cojones, sin atenuantes.

Pero, y siempre hay un pero, si algo transmite quien me rodea las 24 horas del día es ilusión, positivismo, y por que no decirlo, humildad, la que hace que valoremos lo pequeño y pensemos en grande. Y esto es lo que ha pasado el ultimo mes antes del Challenge. No ha habido cambios sustanciales en lo que a dinámica diaria se refiere. Ha continuado el trabajo duro por que hay que ganarse las habichuelas, ha habido que sacar la campaña de Sanfermin, disfrutar un poco también, y hacer un super-mes de entrenamientos previo a la prueba, con una apuesta personal de apretar hasta falta solo de 7 días para la prueba. ¿Cual ha sido el cambio? La actitud. He disfrutado el curro, lo mas «marrón», hemos disfrutado las fiestas y todo lo que me ha rodeado se ha vestido de positivismo, dejando atrás muchos meses difíciles. Ese ha sido el cambio, que ha significado mucho mas de lo que pensaba.

He disfrutado muchísimo los entrenamientos, sobre todo los de bici, los de 6 horas de bici solo, con mas de 34°, después de currar y hasta la hora de la cena, justo en medio de Sanfermin…. Si, los he disfrutado y mucho, y he tenido buen feeling hacia la carrera en todo momento. Sentía que me iba a salir bien.

Todo estaba hecho, descanso a la perfección, visualizaba a menudo la carera y que hacer, y sobre todo, ha cambiado mucho mi mentalidad respecto a las ultimas temporadas. Para esto ultimo la palabra que me viene a la mente es Aceptación. De mi lugar en las competiciones, de quien soy, de que soy capaz y de que no, y donde puedo estar respecto a otros triatletas. Esta aceptación ha conllevado reencuentro con el triatlón, y por supuesto ilusión y disfrute, y fue fundamental en Vitoria. Todo vuelve a ser un juego. Ahora corro contra mi mismo, sin pretensiones, con afán de superación pero sin pensar si me gana tal o me gana cual. Compito para disfrutar e intentando sacar el mejor nivel, sin prestar demasiada atención a otros, y sin entrar en batallas absurdas. ¿Cual es la consecuencia? Que disfruto mas, que soy mas feliz, y también que mi forma de competir puede ser mas inteligente y gratificante. Ese ha sido el cambio, y el escenario perfecto para plasmarlo fue el Challenge VG.

La carrera fue de acuerdo a como la visualice; es decir, lo pensé y lo hice, simplemente y con la mayor sencillez. Demasiada sencillez para tratarse de un Ironman. Salí del agua en un buen grupo mas o menos en 55 min. con sensación de haber nadado mas de 3800m, me tome la transición con tranquilidad por que llevaba atado mi anillo en el culotte y quería ponérmelo en el dedo para competir, pronto llegue a la altura de gente muy buena como R. Amatriain, Jaime Menendez de Luarca y un sueco, y fuimos fuerte hasta el segundo paso por Salvatierra, donde castigaba duramente el viento y había que tener cabeza. Ahí uno de los cambios. Antes me preocupaba quien me ganara. Ahora no demasiado. Ellos iban mas fuerte y pase de entrar al trapo. Puse mi ritmo, logre mear desde la bici como hacen en el Tour, cosa que pese a haber sido ciclista nunca había hecho, me alimente, y puse mi velocidad de crucero. Soy malo corriendo y quería hacerlo digno y aspiraba a terminar el IM. Es mas, en ningún momento dude que iba a terminar durante toda la carrera.

Tras 180 km largos de bici y duros por el viento cruel, llegada a una Gasteiz vestida de gala para recibir y animar a los triatletas y empujarles hacia el sueño. Me recordó a Roth y lo digo con todo el tono de elogio que soy capaz de transmitir. Segunda transición y a sufrir a pie. Sufrir, sufrir, pero para eso hacemos distancia IM. Sabia a lo que venia. Seria aun asi la maraton que menos he sufrido y mas solido he corrido, y en IM que mas entero he terminado. Y feliz. Feliz de ver en meta a Natalia, a mis padres, brother y Esti, Juanjo y Juan y toda la peña que animo de manera incansable y viejos conocidos. Un placer haber competido con vosotros y haber recibido vuestros ánimos.

¿Y ahora que? Que he recuperado la pizca de ilusión que quizá había perdido hacia el triatlón durante estos últimos años. El Challenge VG ha sido un reencuentro. Una maduración. Una segunda etapa. Vendrán mas y espero veros a todos en boxes. Fue un placer competir con los que estuvisteis en Gasteiz y ser animado por quienes allí estuvisteis.

Enjoy, smile and fight!!!

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Alguno me ha apodado alguna vez asi; Chris Lieto. por mis petadas a pie. ¿Chris Lieto? Si, pero de los chinos! De imitación barata, je, je!! Lo de siempre, en el agua bien, en bici perfecto y corriendo… en fin! Mi relación amor odio con la carrera a pie. Mira que soy malo de cojones corriendo, que no se me da bien. Es donde fallo. Pero ¡Mira que me gusta salir a correr eh! Por eso me jode más todavía lo que pasa. Lo de siempre. Cuando empiezo a carrular corriendo, cuando más a gusto estoy, cuando más disfruto… Zas! ¡El puto soleo! ¡Ya se, ya se! Hay que estirar, fortalecer, hacer técnica de carrera y muchas cosas de las que me habéis aconsejado, por lo que os estoy muy muy agradecido por que siempre se aprende de lo que os pasa al resto, pero yo ya hago todo eso y me sigue pasando. Al final la conclusión va a ser que soy defectuoso, contrahecho, al menos para la carrera a pie. Ni soy fino de patas, ni las tengo especialmente largas, ni piso bien… Lo tendré que aceptar, je, je!! O pedir que me dejen ponerme Roller-ski para la carrera a pie. No creo que prospere mi petición. No pasa nada, Hay cosas en las que uno es bueno y otras en las que no y hay que aceptarlo. No queda otra que curarse, cuidar estas cosas aun más, y aceptar que nunca me voy a pegar un carrerón a pie. Por fortuna el triatlón consta de tres sectores, por lo que habrá que obligar a los buenos corredores a que su caza sea, al menos, sufrida. Que sufran para coger al culogordo!! Así que ya sabéis, CULOFINOS!! Mientras yo me curro unos soleos algo mas fiables, vosotros a curraros cuadriceps y hombros!! Como dice uno que conozco…mas vale buen humor, que en los cojones un tumor! Y ¿todo esto de que trata? Pues de disfrutar, así que, no ya por los resultados, por si corro a 3:45 o a 6:50, sino por correr por correr, que me gusta, coño! Y por que me gusta el triatlón, voy a ponerme con mi rutina de masajes, cuidados y buenas prácticas, a ver si puedo correr pronto. No me rindo. Seguiremos probando cosas. Si no vale con masajes, estiramientos y rutinas habituales probaremos a hacer un estudio de la pisada y plantillas, si no, probaremos a correr descalzo y con zapas minimalistas, y si no, lo que sea. Que no puede ser tan complicao!!

Saludos a todos y no os lesioneis eh!!

7:30 am. Suena el despertador, o la despertadora. Cereales, zumo, y a currar hasta las 14:00. Comida y a currar de nuevo de 15:30 a 17:30, A currar, afortunadamente.

Cosas de la rutina. Bendita rutina. Será que a los deportistas nos gusta la rutina, por que si no difícilmente podríamos sacar un buen plan de entrenamiento. A mi me debe gustar todo esto por que esta es la temporada número 25 de mi vida que voy a competir el algún deporte. Btt, Ciclismo de carretera, esquí de fondo, atletismo, triatlón… muchas horas de entrenamiento, algunos viajes, algunos cuantos, si, muchas y muy buenas experiencias, y algún mal momento. De todo tiene que haber.

La de 2013 empieza con grandes cambios e ilusiones renovadas. Si algo te dan las vivencias de estos años es eso, experiencia. Saber quien eres y que eres, y que no. Saber que quieres y que no. No me dedico en exclusiva al triatlón, no me apetecería dedicarme en exclusiva a ello, ni podría. Me gusta disfrutar con el triatlón pero que los que me rodean, aunque no compitan, disfruten también de ello. Me refiero a que me gusta viajar a una carrera y hacer además algo alternativo, que el hecho de viajar a la carrera divierta e ilusione a tus acompañantes. Ya han pasado mis años de viajar como si fuera a la mili. Ni puedo ni me gustaría entrenar 30 horas semanales, ni me compensa hacerlo por estar un poco mas arriba en las clasificaciones. Por supuesto nada de trampas de esas con nombre anglosajón como dopping y draffting, que al final solo son eso, trampas. Mi planteamiento es sencillo: entrenar entre 12 y 15 horas semanales, solo doblando el fin de semana, seleccionar carreras atractivas, baratas y cerca de casa a poder ser, donde la experiencia me dice que disfruto, huir de planteamientos elitistas y disfrutar a la vez que hago que mi afición no suponga un lastre para quienes me rodean. Tengo la suerte de que a fuerza de entrenar años me da para hacer unas buenas carreras y a rendir a un buen nivel entrenando solo esos volúmenes, y que dure. Y si no dura, me conformaré, claro. Parece el tópico de “entreno poco, no entreno…” pero no lo es. Si, entreno poco, pero entreno en serio. No pierdo demasiado tiempo en entrenamientos que no aporten demasiado, por que no dispongo de tiempo para derrochar. Pero entreno solo y en serio, cumpliendo con la receta de Peio, mi entrenador y mejor amigo y quien entiende y conoce a la perfección mi planteamiento. Las cosas claras ante todo.

Con estas cosas claras, para este año varios cambios. Cambio de equipo, tras 14 años en equipos de casa, salgo fuera de las fronteras del viejo reino buscando tranquilidad. Buscando competir sin ruidos ni distorsiones. Cambio de planteamiento de calendario, por que todo hace suponer que vamos a tener un atractivo Ironman cerca de casa, y ya toca volver a la distancia Ironman y recuperar viejas sensaciones. Cambio de bici para montarme una nueva bala negra. Renuevo ilusiones y motivaciones teniendo claro que es para mí el triatlón. Mi triatlón, o como yo lo entiendo.

Muchas suerte a todos. Que os acompañe la salud y logréis vuestros objetivos.

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Resulta difícil escribir sobre un tema así pero los años y los buenos momentos pasados en el equipo lo merecen. Han sido 5 años en Lagunak primero y en Trikideak posteriormente. Seis años en uno de los mejores, si no el mejor, equipo de triatlón de LD a nivel estatal. Un equipo formado sobre una base de amistad y al que se fueron incorporando triatletas de otras comunidades, limítrofes primero y algunos de mas lejos después, a los que atrajo el ambiente de colegueo y la manera de hacer las cosas del Lagunak. Yo entré en el segundo año del equipo, procedente del Hiruki-Valle de Egües. Me unía una buena amistad con Gorka Blasco, fundador y manager general del equipo, forjada a base de coincidir muchos años en viajes, carreras y mil y una batallas. Y por ese motivo me decidí a entrar en el Lagunak. Lo que empezó como un equipo de amigos fue creciendo y pasando por diferentes etapas. Con sus aciertos y con sus errores, pero al fin y al cabo ofreciendo buenos momentos de triatlón, disputando infinidad de carreras y logrando casi siempre los objetivos que se fueron marcando. Mi contribución a estos objetivos ha sido grande, Campeonatos de Navarra en sus diferentes distancias, podium por equipos en campeonatos de España de LD, triatlón de invierno, participaciones en Copas de España… y siempre he estado ahí en los momentos en los que el equipo me ha necesitado, esos momentos en que a nadie ya le apetece competir y sale el típico viaje incomodo y de compromiso. Era uno de los triatletas “de la casa” y por eso he tenido durante estos años una implicación especial, tanto deportiva como emocional. Además de los colores del equipo me ha unido una gran amistad con quienes lo hacen funcionar y quizá por eso me cueste mas llevar el proceso de evolución que está sufriendo este equipo y sus componentes.

No hay que olvidar que todo ha funcionado gracias al trabajo de personas como Gorka, que se han dejado todo para que un equipo así se formara desde cero y consiguiera ser un equipo de los grandes. Mucho tiempo y quebraderos de cabeza dedicados a que tendríamos todo a punto para correr los mejores triatlones en las mejores condiciones, de material, de inscripciones, viajes… Yo le he dado mucho al equipo pero también el equipo me ha dado mucho y he crecido triatléticamente con el.

No obstante, todas las etapas tienen un final, en parte por que a uno mismo también le cambian los objetivos y la manera de ver la vida. También las aficiones. Ha cambiado, conscientemente o no, la filosofía y los objetivos del equipo. Ahora es un equipo “para ganar” y a mi entender se ha perdido la filosofía de equipo de amigos con la que nació. Quizá se quiere mantener esta filosofía de “equipo de amigos” pero el día a día está demostrando que esto se está perdiendo de manera progresiva. Quizá las personas que marcan la pauta del equipo no lleguen a todo, que no les de la vida y esto redunde en una cada vez mayor falta de comunicación. Con todo, creo que el equipo actual va mas enfocado a la consecución de objetivos deportivos que la filosofía con que nació, y que la valoración del esfuerzo es en función del valor de los objetivos deportivos logrados y no del esfuerzo de sus componentes, recordemos, ninguno profesional. Un equipo para ganar, y no tanto para divertirse haciendo el deporte que mas te gusta. No digo que no deba ser así, que conste. Solo digo que considero que el equipo ha cambiado y que yo he cambiado. Probablemente a mi también me ha cambiado el coco y ya no me veo en un equipo así. Cuando uno cree que no encaja en un equipo, que ya no te ilusionas, que en determinadas situaciones te vienen pensamientos como que debes algo a alguien, que no eres valorado, que lo haces mal… y sobre todo, que ves como se enfría la relación con quienes dirigen el equipo y que siempre han sido tus amigos, todo se hace mas difícil de llevar. Quizá la proximidad a Gorka me influye mas y ahí la diferencia con otros compañeros de equipo que son de tierras mas lejanas y no han vivido la primera etapa del equipo, y con la gente nueva. Creo que es momento de poner punto y final a mi etapa en Trikideak, deseándoles lo mejor en el futuro.

Mi ilusión por el triatlón y por el entrenamiento diario se mantiene, pero necesito cosas nuevas. Un equipo diferente, sin tantas implicaciones. Que se valoren cosas distintas. Necesito ilusionarme de nuevo por que en lo deportivo me queda cuerda y creo que todo esto me está restando fuerza y concentración. Necesito competir con una sonrisa. Que se valoren las pequeñas cosas. No soy un triatleta profesional y creo que no encajo en un planteamiento tan profesional, o al menos que esto se mezcle con implicaciones tan personales.

En el deporte, como en cualquier aspecto de la vida, hay etapas y yo he cumplido la mía en este equipo. Me despido pues agradeciendo a Gorka, Iñaki y a todos los compañeros de Trikideak estos cinco buenos años y deseándoles los mayores éxitos.

Seguiremos disfrutando en carreras y entrenamientos.

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39×26. Este es el primer signo de que algo importante se acerca. La corona que solo sale de su dormitorio una vez al año para afrontar algo mítico. Un lugar tieso, del 17% dicen, donde la bici se agarra, las patas cantan la del Cola Cao, pasas por un pasillo de gente que anima hasta mas no poder y suele haber unos tíos con un bombo y un indeterminado número de gintonics. Un lugar donde muchos amigos y conocidos te llevan en volandas pendiente arriba. Un lugar que puede suponer la confirmación de que todo va bien, de que has guardado fuerzas, de que la carrera puede ser buena, o un auténtico vía crucis que acaba con lo poco de la reserva que quedaba si has vaciado el depósito antes. Aia, Zarautz. Hasta ese mítico punto, mucha tela por cortar.

Cuando llegas al malecón de Zarautz enseguida ves que no es un triatlón al uso. Es el mítico Triatlón de Zarautz. Uno de esos donde todo el mundo quiere hacerlo muy bien. De los que la gente prepara con esmero. De los que merecen el apellido de “Objetivo”. Y este año a mi me toco disfrutar de mi décima edición en Zarautz. Material en orden; Bici preparada con el desarrollo para pasar Aia con solvencia, bidones con la gasolina, geles, Neopreno, Zapatillas, todo colocado y dispuesto de manera habitual. Lo no habitual son las cosquillas en la tripa y esa tensión que te hace estar mas dicharachero de lo normal. Viejos conocidos en boxes, típicas conversaciones… la procesión va por dentro, pero esta vez hay buenas sensaciones. Colocado todo en los larguísimos boxes del malecón, todos al autobús que nos llevará a Getaria para dar inicio a una nueva edición. Me gusta ser de los primeros en llegar a Getaria para evitar tensiones y hacer un calentamiento relajado. Son 2900m de natación, pero me gusta salir rápido y no perder puestos en la natación. En el autobús comparto asiento con un triatleta malagueño debutante en Zarautz y que, como no, me pregunta por Aia. Je, je!! Image

A las 14:15 nos dan el bocinazo de salida. 100 metros de sprint por la playa y al agua patos. Me hago a la derecha y salgo fuerte pero con una frecuencia de brazada no muy alta. Estoy “cogiendo agua” y eso es que he calentado bien. Nado rápido. El primer largo la carrera se va situando hasta llegar a la primera boya. Salimos a mar abierto y empieza a notarse. Voy metido en un grupillo de 7 y me dedico a deslizar, a no agobiarme y a mantener un buen ritmo. Llevo el GPS en el gorro y por tanto voy midiendo la distancia. En mar abierto ya vamos 5. Alguno ha cedido, y por delante se nos han marchado los mejores triatletas, así que, a conservar, o a romper el grupo. Mi GPS me pita en el metro 2000 y en la parte trasera del grupo voy excesivamente cómodo. Tanto como para mirar quien va. Raul Amatriain, Mikel Elgezabal… la cosa va bien, pero hoy no tengo el día demasiado conservador, así que arranco tratando de no cebarme con la frecuencia y coger agua bien y me pongo a tirar del grupo hasta la playa. Esto se acaba. Salimos del agua y me adelantan estos animales corriendo, a la vez que vomito algo de agua de mar que me he tragado. Transición sin demasiado agobio y a la bici, a madurar un poco. Paciencia. Ritmo. Algo de comida tras coronar Meagas, y a mantener la posición y el pedaleo. Voy rápido y pronto me coloco 10º. La cosa marcha. En el segundo paso por Meagas me coge mi compañero de equipo Javier Miguel, y empiezo a pensar que la carrera, en lo que a táctica se refiere, va a ser un calco del Half Challenge Maresme. Javier anda más que yo. Sobre todo, corre mucho más que yo y los de adelante van lejos. Vamos en posiciones de Top 10 y rápidos, así que a mantener distancias. En estos momentos es cuando hay que analizar un poco la carrera, y a lo que uno aspira, y para mi la cosa vale. Me coloco a una distancia algo superior a los 10 metros legales, por que nunca me ha gustado guarrear o apurar demasiado y rápidamente mi pulso baja 10ppm, con lo que eso supone. Si por mí fuera la distancia de drafting debería ser de 30 metros, pero es lo que hay. Tampoco hay que hacer el tonto y mi política es la de los 15 metros. Así ni hay dudas, ni tensiones. Nunca en 14 años me han sacado tarjeta por chupar. De todas formas el ir a esa distancia te hace ir mucho mas tranquilo y ahorrar mucha energía.

Camino de Aia, Javier y yo nos intercambiamos las posiciones mientras cada uno come, bebe, estira y vela armas para el gran muro. Hay que guardar un poco por que lo bueno viene ya. Por mi parte pienso que Javier me va a sacar los ojos en Aia, así que, ¡con cabeza! Últimos geles, un bidón entero que cae y otro que repongo en el avituallamiento del alto de Orio, y al caminiko estrecho. Giro a la izquierda y a subir todos los piñones hasta poner el 26, reservado para este momento. Cuento menos te trabas en Aia mas fuerzas quedarán para luego, y empiezo a subir como nunca, y no solo a subir, sino a disfrutar del repecho como nunca. Javier va detrás de mí y ha subido bien. Agradable igualdad. No soy especialmente competitivo con mis compañeros de equipo, y menos con los que se comportan como tales y te animan, hablan, etc. como es el caso de Javier. Juntos hacemos camino hasta Zarautz, subiendo de nuevo Orio y preparando el comienzo de los 20km a pie. Empieza mi calvario, que esta vez no lo va a ser tanto. Hoy tocaba correr decente. Calcetines, mis zapas Newton para no hundir el culo, frecuencia de zancada alta y a pasar kilómetros. Así es como corro yo, no doy más de si, y sin embargo lo doy todo.

No estoy perdiendo demasiados puestos por que en bici hemos hecho diferencia respecto a nuestros perseguidores, y disfruto la carrera a pie de Zarautz como nunca. Mis aitas animan, Natalia también, viejos conocidos y amigos, el pasillo de entrada a la Musika Plaza. Ir en buen puesto en Zarautz, corriendo bien, con la sonrisa puesta y ver como tu gente está disfrutando, no tiene precio. Veo a Natalia disfrutando como una enana con Carla, Asier y la pequeña, los gritos de aupa Rozas y aupa Krasti!! Incluso los ánimos de Eneko Llanos al adelantarme, demostrando que es y por que. Todo clase y simpatía como corresponde a un Txapeldun de verdad. Muchas sensaciones por las que merece la pena ser triatleta y serlo en Zarautz.

Enhorabuena a todos los que lo habéis disfrutado, pero sobre todo a los que compartisteis cerca de mi Aia, los 20km a pinrel, algún que otro lance en el agua, y todos esos momentillos que tiene una carrera. Es un placer competir con gente como vosotros.

Zarautz es especial.

Y las vacaciones que me he pegado la semana posterior en Almería han sido más especiales aún. Por eso he tardado tanto en resumir lo que para mí fue uno de los días mas divertidos que he tenido desde que soy triatleta.

Próxima estación, Triatlón de Donosti, un clásico al que vuelvo después de 3 años. Jaleo en el agua, drafting, jugueteo y a disfrutar.

This is circus!! Una de las mejores carreras en las que he participado, por calidad de la organización, por ambiente, por nivel de mis compañeros triatletas, por el viaje en si, por la compañía, por el entorno…así fue mi participación en el Half Challenge Maresme. En lo deportivo, nadé muy bien, la bici más reservón de la cuenta y la carrera a pie mejor de lo esperado, en una línea conservadora para terminar una carrera disfrutona. En suma, un fin de semana perfecto de principio a fin. Esta es la conclusión. Por el camino, varias reflexiones. Cada uno vive su particular triatlón. A mi sigue gustándome mi manera de hacer y disfrutar el triatlón, aunque mucho está cambiando este deporte. Podría hacerlo mejor, pero creo que no disfrutaría tanto, y tras unos años, para mi es un juego. Mi defecto es que solo ando bien cuando me divierto, cuando voy con sonrisa y cuando me motiva lo que hago. Estoy mayor y he quemado muchos “carchutos”. Si, ha cambiado mucho, y no me refiero a lo básico: Entrenar, descansar, alimentarse, saber competir, sufrir y disfrutar. Me refiero sobre todo al gran circo, a la mercantilización del deporte en si, al ir fardado de arriba abajo con el típico disfraz, por que mira que vi gente disfrazada durante la tarde del sábado.

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18:00, hora punta en los boxes de Calella, medias de compresión, gente entrando a boxes con el mono de competición que va a ser utilizado al día siguiente, lo mismo las zapatillas, unas bicis de escándalo que al día siguiente no superarán los 30km/h… y que conste que yo también soy bastante sibarita en cuanto a material eh! Pero considero que se está desmadrando un poco y ahora eres triatleta en función de todo lo que lleves encima, cuantas tiendas locales te patrocinen, cuanto hables de batallas o cuantas veces te preguntes “where is my limit”. Pues mira, yo tengo claro cual is my limit. Si el triatlón va a ser esto, my limit is my pocket!!

A lo mejor soy un triatleta curioso, o no me adapto a los tiempos. Soy un triatleta popular con algo de nivel como para permitirme puestos del 15 al 20 en pruebas elite nacionales, ni más ni menos. Y digo ni más ni menos por que es lo que hay. Ni aspiro a más, ni a menos. Hago lo que me gusta. Mi equipo es uno de los más potentes a nivel nacional, el Saltoki-Trikideak. Por filosofía debería estar compitiendo en grupos de edad sin duda alguna, pero todavía ando un poco para correr en élite. Dedico entre 12 y 15 horas semanales a entrenar, no más, y le saco el rendimiento que le saco. No voy patrocinado en ningún sentido y veo gente alrededor que va patrocinada de los pies a la cabeza y bastantes de ellos muy por detrás de mi. Además incluso son más bien sosetes en las redes sociales con lo que el retorno de la inversión puede ser irrisorio. No entiendo ciertas tendencias. Pero yo disfruto. Esta es mi visión del triatlón.

Yes, This is circus, but this is also my triatlón. Junio. 8 de junio. Probablemente a un día del mejor triatlón de mi calendario. El mítico Triatlón de Zarautz. Esta vez en su vigesimosexta edición. Un triatlón mítico, con un gran nivel de participación, la travesía de Getaria a Zarautz que es única, la Musika Plaza, el muro de Aia y la peña del bombo y los cubatas, la gente de siempre. Mi triatlón preferido sin duda. El que me pone la piel de gallina.

La de mañana va a ser mi 10ª participación consecutiva en Zarautz, y como carrera de nivel, en un deporte exigente como pocos, han sido diez participaciones con luces y sombras. El saber hacer cuenta, pero la suerte también, y en diez años te pasa de todo. En dos de ellas me he retirado por avería mecánica y en el resto he alcanzado la meta, casi todas en una Musika Plaza atestada de zarauztarras y acompañantes. En 8 de ellas he recorrido el pasillo de gente que lleva a la mítica plaza, y en casi todas ellas satisfecho con haber dado hasta el último gramo de fuerza. Con mejores y peores puestos, con luces y sombras, con más o menos sufrimiento, pero Zarautz siempre es único.

Esto último también es Mi Triatlón.

Suerte a todos mañana. A jugar con las olas. A retorcer el espinazo en Aia, y no os emocionéis mucho en la Musika plaza ni en el malecón, que los esfuerzos se pagan en la soledad del golf.

Nos vemos!

Siempre resulta duro retirarse. Retirarse, en cualquier aspecto de la vida, casi siempre implica una renuncia, una derrota. Admitir una debilidad. ¡Y jode! como no. Pues eso es justo lo que pasó el sábado pasado en el Ecotrimad. Aún así estoy convencido de que mi decisión fue acertada. El mes de abril no ha sido un camino de rosas para los norteños. Han sido 26 días de lluvia y aunque he cumplido todos y cada uno de los entrenamientos, algunos de ellos con buenos chaparrones, el cuerpo, al menos el mío, no se acostumbra fácil al calor. Lo que me pasó el otro día fue exactamente eso, que me achicharre de calor. Venía de hacer buenas carreras y con bonitos parciales a pie, pero, el sábado no iba a poder ser. El Ecotrimad es, de por si, una carrera dura con un duro perfil en bici y uno mas duro todavía a pie. Como siempre, nadamos rápido, salgo en puestos cabeceros nadando (natación de 2000m GPS en 27min) y a la bici. La prueba de bici es un continuo subir y bajar pero efectivamente y como me habían aconsejado, merece la pena ir con la “cabra”. En los primeros kilómetros todos imprimimos un ritmo fuerte y a lo largo de la primera vuelta de 36km adelanto a algunos triatletas y me coloco 5º. Nada nuevo, regular, mantener el ritmo, beber hidratos, algunos geles, mantener la posición y la pedalada, medir distancias…una carrera, vamos. ¿Algo diferente? El calor. 32º y con humedad. Primer día de calor de este año. Nunca llevo bien el primer día de calor y siento como la cabeza se me cuece dentro del casco de contra-reloj. ¡Fallo! ¡Abusamos de estos cascos! Echo de menos algunos avituallamientos mas y pasa lo que tenía que pasar: Cosquilleo en las piernas, las fuerzas que ya no son las de hace unos kilómetros y la fatiga. Creo que me he alimentado bien, pero parece ser que toda la sal que no tengo dentro esta pegada a mi piel. Deshidratación. ¡La voy a cagar! Lo bueno dura otros 7km hasta que decido pararme y pensar el el Half Challenge Calella, dentro de 15 días. Es otro medio IM, con lo que será mejor guardar fuerzas. Mas tarde observo como la carrera ha sido una escabechina en la que muchos y muy buenos se han parado bastante antes que yo, bueno… no soy tan flojo.

Mas allá de las circunstancias de carrera, y siendo sincero, se veía venir. Fui a Madrid sin mi talismán. Ya no disfruto las carreras si lo que las rodea no acompaña, y en las últimas dos semanas se han dado varios condicionantes. Desde lo laboral, que da autentico asco y ya me perdonaran los mas educados, hasta la primavera, que me está dejando bastante “tiradillo”. Con lo primero, me refiero al entorno. Necesito ir a las carreras con los míos, estar a gusto. Cuando voy en viaje relámpago. Trabajar, conducir, dormir, madrugar, comer, correr, conducir. La cosa no funciona. No motiva. Sin embargo cuando parte de la carrera son unas mini-vacaciones, mini-finde con mi gente, si. ¿Por que? Por que me divierto. En Madrid no me divertí y fui sin mas, a competir y vuelta. Sinceramente. Cuando no te diviertes, la cosa no funciona. No hay sonrisa.

Y lo segundo, lo laboral, la crisis, la prima de riesgo, Mariano y su puta madre. Llevamos el puñetero nubarrón pegado, el miedo a perder el trabajo, la propia apatía que crea todo esto, cierta desesperanza e incertidumbre y eso es lo que tenemos que agradecer al sistema, a la clase política y a nosotros mismos por borregos. Y, por que negarlo, a mi también me afecta, puesto que no soy profesional del triatlón. Y supongo que como a todos, me cansa. Últimamente estoy reventado y los esfuerzos físicos cuestan bastante. Necesito tardes de sofa. No se que va a pasar en el futuro mas cercano y hay días que no se puede desconectar. Y cuando no se desconecta, no se descansa. Y cuando no se descansa, no se va ni para atrás.

De todas formas, también el que está acostumbrado a sufrir consigue dar vuelta a estas situaciones.

Próxima estación. Calella!

I will be Ready to fight. Image

Últimamente no estoy muy escritor, pero hay veces que no se pueden dejar pasar las ocasiones. Es necesario recibir un estímulo, algo que te lleve a escribir, que te inspire. Esta va de viajes, y de un Blog y una aventura que me atrae mucho. La verdad es que no suelo seguir demasiados blogs, y eso que ahora con las redes sociales la accesibilidad a las historietas y pedradas de la gente es mucho mayor y la única barrera que nos permite discriminar entre que blogs seguir y cuales no es la curiosidad. Mi curiosidad no la suelen despertar los blogs estrictamente deportivos, de esos de gladiadores y batallas, y si los que tienen algo especial. Algún componente más humano, más aventurero. Me gusta mucho viajar y no dejo pasar la ocasión de hacer algún viajecillo al año, de esos de carretera y manta, de acabar roto de cansancio de tanto visitar lugares, paisajes, ciudades, y de no llevar demasiado planificado. Más viajaría si la economía y la vida me lo permitiesen. Es más, si me dan a elegir entre el triatlón y viajar, tengo muy claro que elijo lo segundo, por que a nivel personal me llena mucho mas compartir experiencias con otras personas, experimentar sensaciones muy gratas y difíciles de describir y conocer otras cosas que no tenemos demasiado al alcance. Ver sitios y montarte tus propias películas. El año pasado hicimos un viaje a lo largo de California, Arizona, Nevada y Utah en USA y no he dejado de recordar momentos de este viaje en todo el año. Fue como estar en el paraíso durante 18 días, y el año va transcurriendo haciéndose notar ya las ganas de repetir, cargar nuestras pesadas mochilas, planificar una ruta y ponernos en marcha. Mientras esto ocurre he descubierto un blog de una persona inquieta por naturaleza y cuyas idas y venidas suelen despertar mi curiosidad y casi siempre me sacan una sonrisa. Me refiero e Txema Izagirre. Lo conozco de vernos las caras y compartir sufrimiento en muchísimos triatlones y nunca dejo pasar la oportunidad de leer sus historietas en Facebook, sus subidas a Cerredo y sus largas temporadas de esquí. Pues Txema, junto con Iñaki Castañeda, otro triatleta que sufre discapacidad pero que es muchísimo mas capaz que la mayoría de la gente, se encuentra ahora mismo en USA, transitando por tierras que nosotros pisamos el año pasado, atravesando desiertos, puertos de montaña y carreteras legendarias en un viaje de cerca de 3900km que atraviesa el país. El gran país. Me refiero a la Ruta 66.Image

Van en bicicleta, cargados con su equipaje y pedalea que pedalea. Aventura en estado puro, austeridad, sufrimiento en algunos momentos pero disfrutando de uno de esos viajes que a algunos nos parecen un sueño. Disfrutando de momentos, sensaciones, paisajes y gentes que perduraran para siempre en su memoria y de pasajes que contarán a sus nietos. Son cosas que hay que vivir. Que enriquecen. La sal de la vida. No dejéis de seguir el blog de esta pareja de aventureros: igualesenlacarretera.blogspot.com. Os deseo mucha suerte a los dos, que disfrutéis del sabor de la auténtica USA, que sufráis un poco, por que sin sufrimiento el disfrute no es el mismo, y sobre todo que lo hecho os llene por completo. ¡Que envidia!

¿Segundo en el Duatlón Valle de Egües? ¿Y eso como?

Desde valencia me ha costado centrarme en los entrenamientos diarios, ha habido cambios importantes y muy ilusionantes en mi vida y el triatlón ha pasado a un ultimísimo plano en mi mente, y cuando algo no está en tu mente… La situación laboral no acompaña tampoco, así que el coco no encontraba hueco para los buenos entrenamientos. Para disfrutarlos. Aunque poco he cedido en constancia en cuanto a sesiones. Algo si, y se nota. Incluso he notado un poco la entrada de la primavera, en forma de flojera generalizada. Aun así, parece que este reset me ha sentado bien y no puedo decir tampoco que me hayan salido malos entrenamientos. Pero…Con estas sensaciones y estas dudas andaba, hasta que el martes experimenté la entrada psicológica en la «race week». Se avecinaba el Duatlón Valle de Egües. Carrera en casa, explosiva, crono individual, no drafting y en un circuito que nunca se me ha dado mal. Bien al contrario, de las cerca de 8 veces que he competido en el, he marcado el mejor parcial de bici en al menos 4. Con todo esto y corriendo en casa, con tu gente animando desde la cuneta, que es lo mas importante sin duda y te empuja como ninguna otra cosa, la motivación se pone por las nubes.

A los más cercanos les había comentado que estaría disputando el podium, y no tenia planeado fallar. Aunque todo puede pasar, y mas cuando tu mismo dudas de lo hecho durante el último mes. Pero eso no se lo decía a nadie. Hablando con gente y contándoles mis sensaciones de cara a esta carrera me he dado cuenta de que nada cambia. Me suele pasar que cuando le cuento a alguien que estoy bien, fuerte, motivado y con ganas de disputar siempre me sueltan lo de: Ya pero, no te creas, que fulanito esta muy fuerte, menganito anda mucho, zutanito es un titán…como pensando que soy un flipao si creo que voy a hacer un carrerón. No entiendo por que es esto. A veces no entiendo reacciones de estas en la gente que conozco en el triatlón, en amigos, y sobre todo en Navarra. De todas formas este detalle no me despistó demasiado. Sabía lo que tenía que hacer y lo iba a hacer. Este fin de semana me tocaba andar bien a mí. Estaba en casa y con mi gente animando desde la cuneta. Eso no se paga con dinero y no todo el mundo tiene la suerte de tener seguidores así. Pero, y siempre hay un pero, había que correr rápido si o si, y las palabras «Rozas» y «correr rapido» no casan demasiado bien.

Pero, y hay otro pero, cuando visualizas una carrera, cuando te mentalizas, cuando piensas en ella separando sus partes, el objetivo y el modus operandi en cada una de ellas, tienes mucho ganado. Lo de saber competir cuenta. Tenía claro que tenía que correr el 5000 a tope y así fue, aunque lejos de los mejores. Tocaba lo que tocaba: La bici, como dice un sabio, «A capullo remangao», tope de los topes, detrás de los que iban a ganar, limando diferencia cada metro. En una crono cada segundo cuenta. Como ciclista y brutico tenía a mi favor el tiempo de perros, el aguanieve y el viento, y me sirvió. El objetivo aquí era lograr el mejor parcial, y así fue. Las patas con buenas sensaciones, de las de pedalear redondo, bien acoplado y sabiendo que la diferencia se iba a marcar después de girar en el punto de giro de Labiano.

Al final de la bici llegamos los que a la postre seríamos los 4 primeros juntos a la transición, con el cálculo de las diferencias de tiempo en la salida. Diferencias de entre 30 segundos y un minuto, con muy buenos corredores y 2,5km por delante. El podium en juego. Empiezan los fuegos artificiales. ¿Quién es el culón que menos correee? Yoooo!!! Desde el metro 50 se me empiezan a ir. Ya solo queda una cosa. Correr a todo lo que doy y administrar la diferencia que llevo al 3º y al 4º, todos compañeros de equipo del trikideak. ¡Aguanta tio! ¡A ver si te crees que los podiums hoy día se regalan!

Hecho. Finalmente podium, 2º en una bonita y dura carrera mano a mano contra algunos de los duatletas punteros del momento.

Un poco de motivación extra para seguir entrenando día a día. Que ya son muchos días!!

Y tú, ¿Cada cuanto tiempo vas al masajista?

Que para quien entrena a diario y compite es necesario acudir con cierta regularidad al masajista es un hecho. Hay que darles un repaso a los músculos, en mi caso al menos una vez al mes o cada 15 días, para evitar lesiones, descargar y ponerlos de nuevo a punto para las sucesivas batallas. Pero, ¿Qué sucede cuando se termina un entrenamiento cargadillo muscularmente y, por lo motivos que sea, no se va a acudir al masajista de manera inmediata (tiempo, dinero, encontrarte de viaje…)? Pues en mi caso, y por supuesto sin olvidar la rutina diaria de 30 minutos de estiramientos y de las medias de recuperación, he encontrado un nuevo compañero-gadget muy útil: THE STICK. “El Palo”. De eso se trata, de un palo de plástico con unas anillas móviles en la zona intermedia y dos mangos tipo manillar de bici en los extremos, donde agarrar con las manos. Su utilización es sencilla: se trata de colocar las manos en los mangos y friccionar cada uno de los músculos con la parte intermedia de las anillas haciendo movimientos parecidos a amasar harina con un rodillo. Con esto se puede regular la presión ejercida sobre el músculo y produce un efecto descontracturante, favorece el flujo sanguíneo, con lo que “descarga” el músculo, y favorece por tanto su recuperación. Esa es al menos la teoría, y el modus operandi se explica perfectamente en un manual de uso que se adjunta al “palo”. Para hacerse con el artilugio habrá que hacerlo por Internet. Basta con buscar “The Stick”. No es caro, 35€ portes incluidos, y la verdad es que durante el tiempo que lo he probado me ha gustado. Ayuda a cuidar las patorras, así que habrá que incorporarlo a la rutina de eso que llaman “entrenamiento invisible”. Recomendable.

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